No he podido resistirlo. Empezar una investigación y no compartir cada una de las historias con las que me voy cruzando empezaba a ser tan molesto como un juanete. Seis meses han sido demasiados para mi natural incontinencia verbal, así que allá voy.
En este blog pretendo ir comentando algunas de las historias que descubro mientras intento entender qué pasaba por la cabeza de las mujeres cuando decidieron soltarse el corsé, décadas antes de que sus biznietas quemaran sus sujetadores.
Historias que me van revelando lo modernas que fueron aquellas antiguas.