“Soy la única artista de España que tiene verdadero sentido del humor, y, desde luego, la más graciosa”, eso decía Luisita en 1955. Y no le faltaba razón. En su caso, la gracia debía venir grabada en el ADN y, si se apura, en el cromosoma X. Porque Luisita fue hija y madre de actrices cómicas.
La saga empezó con Polonia a finales del siglo XIX. Aquella señora que cada vez que salía a escena tenía que esperar a que Luis le diera el pie para empezar a actuar. Eso sí, cuando llegaba la indicación los aplausos y las risas brotaban a raudales. Polonia interpretaba sus papeles con la dosis adecuada de generosidad para permitir que su pareja se convirtiera en el verdadero protagonista, porque Polonia convirtió en arte lo de hacer de comparsa.

Polonia Herrero y Luis_Esteso llenaron teatros por toda España durante más de un cuarto de siglo desde finales de los años 90 del siglo XIX, cuando España lloraba su definitiva derrota imperial, ellos colgaban el “No hay entradas” en Madrid semana tras semana, aunque la estrella fue siempre él, a quien la crítica bautizó como “El rey de la risa y el hambre”. De las dos, de risa y de hambre, sabían bien y eso les permitió cautivar a los públicos más populares. Quizás ayudaran también los chascarrillos, chistes malos y los dobles sentidos que usaban en sus guiones.
Para muestra, el fragmento de “Los recoveros” en la que Polonia y Luis representaban la conversación entre dos catetos de pueblo a su llegada a la ciudad.
Luis: ¿Y tú qué haces?
Polonia: Con mi viejo
Luis: ¿No te has casado?
Polonia: Soy soltera y he puesto una conejera y ahora vivo del conejo
Está completa en la Bilblioteca Digital Hispánica gracias a las grabaciones que Polonia y Luis hicieron para Discos Pathé.
http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000195310
El rey de la risa y el hambre y La Cibeles -ése era el nombre artístico de Polonia Herrero- ampliaron su dúo cómico en 1918. Cuando su hija cumplió 9 años incorporaron a Luisita al elenco convirtiéndose en el trío cómico más popular de los felices años 20. Eran la Familia Real de las Variedades. Luis recitaba sus monólogos ataviado con unos peculiares pantalones verdes a cuadros; Polonia continuaba cantando y contando los chistes a dúo con él y Luisita versioneaba los cuplés más famosos del momento, salpimentándolos con algunas gracietas. Toda una década duró el éxito de la familia Esteso, truncado por la muerte prematura de Luis por un cáncer de esófago en 1928.
Luisita Esteso se hizo con las riendas de la compañía y Polonia se pasó al backstage para ocuparse de los asuntos domésticos de la artista en la que se acabó convirtiendo su retoño a la que se rifaban los empresarios teatrales españoles y argentinos. En 1932, Luisita le contaba al periodista Juan del Sarto que se embolsaba 500 pesetas diarias y que, claro estaba, gastaba en función de ese capitalazo. Luisita y Polonia vivían en una casa con jardín, con sus criados y un montón de animales, monos y gallinas incluidas -nadie se convierte en artista sin la dosis adecuada de excentricidad. En ella pasaron la guerra y en ella continuaron viviendo cuando nació Paloma, la criatura que convirtió a Luisita en una de las madres solteras más populares del país. Precisamente cuando España se convirtió en la reserva cristiana de Occidente, su artista más popular exhibía su libertad con un descaro que sólo una artista consolidada como ella podía permitirse.
En la hemeroteca sólo se conserva prueba de una relación pública de Luisita. Fue con el torero Manuel Bienvenida en el otoño de 1931, aunque él se desdijo públicamente y Polonia, como madre ofendida, respondió en una carta al director de la que se hizo eco la prensa aclarando que el diestro venía pretendiendo a su niña desde hacía tiempo.

Paloma Esteso, la última de la saga de actrices cómicas, nació en 1936, sobrevivió al hambre del Madrid sitiado y se convirtió en otra de las jóvenes promesas de las variedades y el cine español, de la misma manera que lo habían logrado antes su abuela y su madre. De ellas mamó el desparpajo para hablar de sexo en público y la seguridad en sí misma. Formó parte del elenco fijo de la sala Molino Rojo, que desde el madrileño barrio de Lavapiés logró en los años 50 del siglo XX mantener vivo el espíritu golfo que la oficialidad negaba.
Se podría escribir una historia sobre la libertad femenina usando las vidas de Polonia, Luisita y Paloma y se llegaría a la conclusión de que las mujeres Esteso fueron ganando espacios de independencia y libertad en proporción inversa a la longitud de sus faldas. Los tobillos de Polonia, las rodillas de Luisita y, por fin, los muslos de Paloma fueron la bandera de aquellas mujeres libres.
Fuentes:
- Biblioteca Digital Hispánica
- Prensa escrita
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- Eco artístico, 25 de febrero de 1912, página 8.
- Eco artístico, 25 de septiembre de 1912, página 17
- ABC Madrid, 8 de noviembre de 1957, página 10
- Revista Blanco y Negro, 17 de enero de 1932, página 41
- La Vanguardia, 1955
- La Voz, 18 de noviembre de 1936, página 5
- Mundo Gráfico, 21 de diciembre de 1932, página 28
- El Globo, 13 de julio de 1918, página 3
- Eco artístico, 5 de julio de 1918, página 12
- El Heraldo de Madrid, 16 de marzo de 1918, página 4
- La Vanguardia, 25 de mayo de 1955, página 19
- El Tiempo, 20 de julio de 1928
- Diario de Alicante, 19 de julio de 1928
- La Libertad, 16 de marzo de 1928
- El Tiempo, 26 de noviembre de 1922
- El popular, 8 de mayo de 1913
- El pueblo, 13 de noviembre de 1931
- La Voz, 26 de junio de 1928
- La Unión Ilustrada, 7 de enero de 1923, página 35
- La Voz, 8 de agosto de 1922, página 6
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